Parece ser que allá por el año 1915, y sin que se supieran muy bien las causas, en la cara de la Virgen, por las mejillas, aparecieron unas pequeñas líneas, que al poco tiempo se convirtieron en grietas.
El cura y el alcalde, ante aquella situación, decidieron poner sólo en conocimiento de un grupo muy reducido de personas el asunto, y tras barajar algunas opciones se acordó que había que reemplazar la cabeza por otra nueva, pero para ello, la Virgen no debía salir de Ibi.
Es entonces cuando se encarga a un artista de Valencia, la confección de una que fuera lo más parecida. De todos estos trámites se encargarían D. José Pérez-Caballero y su hijo D. Juan Pablo Pérez-Caballero.
Con el mayor sigilo, y de esta manera, llegó la nueva cabeza. Parece ser que ésta no fué de mucho agrado, pues resultó ser un poco llamativa por su colorido, y con un aspecto más juvenil que la otra, pero para no retrasar la reparación, y evitar males peores, se decidió proceder al cambio.
Dada la insatisfacción dejada por el artista de Valencia, D. Juan Pablo Pérez-Caballero se trasladó hasta Madrid con la cabeza de la imagen dañada (debidamente empaquetada, no olvidemos que muy poca gente estaba al corriente de todo esto), buscando a un famoso imaginero, el cual realizó su trabajo a la perfección, y no se volvió a ver ningún desperfecto en la imagen de la Virgen. Una vez llegado a Ibi el conjunto reparado, se unió fuertemente al resto de la imagen.
A última hora, y antes de que fuera colcoada la cabeza original, la gente ya había notado algo raro en el rostro de la imagen que se había manipulado, que no era la verdadera, llegando a crearse cierto malestar en la sociedad ibense.
Aún después de quedar reparada la cabeza original, perduraron los comentarios.
Y quizá alguien se pregunte… ¿qué fué de la cabeza que hizo el artista de Valencia? Parece ser que unas hermanas muy religiosas conocidas por «les Capellanetes» (Carmen y María), que vivían en la calle Empedrat, se hicieron con ella, encargaron unas varillas para hacer un armazón que representase la silueta de la Virgen, y le colocaron dicha cabeza y un manto.
Esta nueva imagen con el tiempo se llego a usar para ponerla durante todo el mes de mayo en el altar de la Iglesia y salir en procesión el día del Avís, y posteriormente volver a la casa de dichas hermanas.
¿Será esta imagen la que se encuentra actualmente en el Asilo? Es una curiosidad personal… a ver si alguien me lo aclara.
En fin, quería dejar constancia de este suceso, que resulta cuanto menos curioso, espero vuestros comentarios, un saludo y a disfrutar de las Fiestas de Moros y Cristianos que se avecinan.
Saludos, Ibi-bloggers.
Fuente: Del pasado ibense. Antonio Anguiz Pajarón.
Foto: http://fotosantiguasdeibi.blogspot.com
Aprovecho este post de Raúl para animar a compartir con todos vosotros la oportunidad de escribir un post en el blog de la Comisión de Fiestas de Moros y Cristianos de Ibi. Como bién dice Raúl, hay que compartir el conocimiento para que podamos conocer y cuidar nuestra historia.