Argelianos

En el año 1924 se agrupan veinte amigos alrededor de la iniciativa de D. Francisco Pérez García, toman el nombre de “Moros Argelinos”. Había de ser la pionera del bando en la nueva época de reforma que acometían los Moros y Cristianos.

Debido a una conocida confusión al bordar su bandera en 1929, se ven obligados a denominarse: “Argelianos”. Dª. María Guillem, “Borles”, confecciona su Primer traje que recuerda el de la Filá Mudéjares de Alcoy. El Primer Capitán del que se tiene constancia fue D. Nicolás Martínez Valero, “Tío Colau”, en el año 1934. La Primera Abanderada: Dª. Cecilia Valls Vilaplana.

Ver mas información sobre la Comparsa Argelianos de Ibi en la pestaña Historia

En el boletín Septembre, a menudo, aparecen pequeñas joyas provenientes de los habituales colaboradores del mismo, Joan Verdú Guillem, Luis Satoca y otros, van vertiendo allí parte del fruto extraordinario de su trabajo, y en muchas ocasiones, de su fértil e inagotable ingenio. Recuerdo unos artículos escritos por el primero de ellos, en el que se refería a un anecdotario de distintos personajes de la comparsa Escoceses, quizá, en el bando cristiano, la que más tarde desaparece de todas las que el siglo pasado nos legó.

El ambiente festivo de una población que intenta dar rigor a unos Moros y Cristianos, nacidos casi como un juego décadas atrás, no olvidemos que en 1913 se les dota de un escrupuloso Reglamento, preparan el terreno de lo que en 1932 iba a convertirse en Fiestas Mayores, aún no lo eran, es sin duda un hermoso cuento costumbrista de sentimientos, emociones, anécdotas, paradojas, trapisondas incluso, etc.

La participación en las fiestas es irregular, Ibi aún no ha consolidado su economía, se encuentra en puertas, y es por eso que los Moros y Cristianos comienzan a reflejar y asimilar, la mejora de la situación social de la población, en la que fue una pena que hubiera de verse arrastrada, como el resto de España, a una contienda sin sentido.

A muy grandes rasgos, ese es el Ibi que huele a romero, a espliego, a tomillo, brilla con la luz de sus paredes encaladas y comienza a bullir, inquieto, con el incipiente desperezo de una industria que habría de polarizar gran parte del siglo que ahora estamos en puertas de concluir.

Los Argelianos, deben su nombre, hermanados en procedencia histórica al de Piratas Berberiscos, a la estrecha relación de sangre y fuego que desde el siglo XV se establece en nuestras costas, con las naves corsarias que, en nombre de Alá y de los buenos doblones que se pagaban por el rescate de sus rehenes, aterrorizaban, secuestraban y asolaban, como una verdadera plaga, las ciudades cercanas al mar. Debiendo las poblaciones del interior permanecer en constante estado de alerta para acudir a auxiliar a aquellas, cuando se las necesitare. Es el caso de Ibi, como ya recogí a lo largo de las páginas que dediqué a historia local, tanto en este libro como en el interior.

Koruk “Barbarroja”, Cochidiablo, Zalé Arraez, Dragut, son nombres, todos ellos, ligados a múltiples episodios en los que tuvieron que intervenir frecuentemente nuestros tatarabuelos. El ataque más importante, probablemente, fue el fechado en 25 de noviembre de 1559, en el que 24 galeotas de una escuadra argelina perteneciente al rey Hassan, desembarcaban entre cañonazos, ayudados por 2000 moriscos españoles, y se dirigen a Altea donde serían rechazados. Otra armada fondea en 1576. En 1583 llegan 4 galeotas al mando del argelino Morato.

El 19 de julio de 1589, el gobernador de Castellón avisa del desembarco en el Grao, al mismo tiempo que se produce otro en Benidorm. Tropas de Fuente la Higuera, Benifallim, Ibi, Tibi y Castalla se unen a las alcoyanas para auxiliarles. En fin, este interminable rosario de acontecimientos, no concluiría definitivamente hasta la conquista francesa de Argelia en 1830.

Pero centrémonos en otros Argelianos, quizá no menos belicosos que aquellos otros, pero sin duda, dirigiendo sus energías hacia otros derroteros más humanos y sociables.

Nacen con el nombre de Moros Argelinos en el año 1924, hoy en día la comparsa considera que proceden de la extinta Moros de la Manta, puesto que muchos de sus fundadores militaron en tal formación, incluso existe una Abanderada, aún con vida, de tal comparsa que se considera Argeliana, se trata de María López Torres que ejerció el cargo en 1913, y de la que ya publiqué una fotografía en mi anterior libro. Se ha repetido profusamente la iniciativa de un joven alcoyano, llamado Francisco Pérez García, apodado “Peretes”, y que residía en nuestra población, tenía su trabajo en la antigua y entrañable Hidroeléctrica San José. Este recordado festero, reúne a veinte amigos y con ellos, impulsa la nueva comparsa.

La primera Junta Directiva, presidida por el citado impulsor, tiene como vicepresidente a Emilio Peydró Verdú (Almarreta), Secretario a Francisco López Torró (Quico Carlota), y de Tesorero a Ismael Peydró Verdú (Reixiu).

Afortunadamente, aunque no es el caso del resto de las comparsas más modernas, en ésta se conservan los nombres de los restantes fundadores:

Antonio Verdú Verdú (Contramina), Ernesto Peiró, Ernesto Vilaplana (Corralet), Antonio Miralles Juan, Silverio Picó Rico (tío Very), Laureano Riber Jover, Manuel Peydró (el heraldo), José Bornay Picó (Curret), Joaquín Verdú García (Chimo Camals), Manuel Sanjuán García, Tomás Agulló Peydró, José Pina Abelló (Moreno), Miguel Vilaplana Peydró (el tío Miquel Blaya), José Rico Verdú (el Poco), Francisco Estalambrín (Paco el chaufer), José Santonja Bernabeu.

Ese mismo año mencionado hacen su aparición el día de l’Avís, con trajes alquilados en Alcoy a la Filá Mudéjares. Ya en el “Passeig” (Entrada), del 12 de septiembre de 1924 se estrena el nuevo traje oficial, está confeccionado por María Guillem Gisbert (Borles), y el parecido a la mencionada comparsa alcoyana es evidente; constaba de:

Bonete rojo, turbante blanco con pluma, capa gris, camisa marrón, chaleco azul, faja naranja, pantalones bombachos y zapatos amarillos, calzas marrones, collar de media luna y muñequera de metal.

El año que se celebra el bicentenario de la llegada de la Virgen, con todos esos acontecimientos que describí en el pasado libro, es Abanderada María Valero Verdú. Ostenta la Capitanía en 1934 Nicolás Martínez Valero (el tío Colau).

En 1929 se decide que la comparsa debía tener su bandera, se encomienda a Francisco Miralles que dibuje sobre tela de seda verde el nombre de la comparsa, dándose entonces la divertida y conocida anécdota, este buen señor se equivoca y escribe “Argelianos”, en lugar de “Argelinos”. Tal error obliga a la comparsa a mutar el nombre porque eso es más barato que hacer una nueva bandera, no eran tiempos para asumir muchos dispendios.

Durante muchos años se cargaría 2´85 pesetas anuales a cada componente, para hacer frente al gasto que había originado la confección.

Tras el paréntesis bélico, durante el cual no se celebran fiestas, reaparecen las cuatro comparsas decanas. Los Contrabandistas que habían hecho alguna aparición esporádica, aún tardarían unos años en refundarse. Así pues, las fiestas locales se configuran con Argelianos, Chumberos, Gerreros y Maseros.

Los Argelianos tienen entonces la sede social en el Bar Colón, el cual es debidamente engalanado el 6 de septiembre, para recibir la nueva talla de la Virgen.

Una de las novedades de la postguerra es la Nit de l’Olla, impulsada en gran parte por la irrupción finalmente de los Contrabandistas, ya en 1944 los Argelianos cenan y desfilan por las calles de Ibi el día inmediatamente anterior a la trilogía.

El 1946 ve la luz el nuevo “Reglamente Festero”, son los años en que la Fiesta intenta consolidarse a pesar de las apreturas económicas que la población está atravesando, pero aquellos festeros, a veces con una gran dosis de heroicidad, tienen el sentimiento de que están contribuyendo a algo importante cuando sacan cada año a la calle los Moros y Cristianos. Por la Comparsa Argelianos, firma el reglamente Víctor Brotóns Verdú, su Delegado.

Ese mismo año, la Revista de Fiestas que comienza a hacer sus pinitos, incorporando fotografías de capitanes y de escuadras, artículos referidos a comparsas, o cuando menos a nombrarlas, cosa que hasta la fecha no había ocurrido, ya que las revistas de fiestas se limitaban a un folleto que relacionaba los actos e incorporaba publicidad, publica unas letras referidas a esta comparsa:

Como recortados de una ilustración de un mágico cuento oriental, rodeados de grandeza, iluminados por el brillo que de sus alfanjes arranca el sol de nuestra tierra y al son de sus exóticas melodías, arriba a Ibi la morisca hueste argeliana, dispuesta a representar ante nuestros asombrados ojos el papel que la tradición les tiene asignado…

…Caballero sobre briosa cabalgadura; escudado por fiera escolta, avanza el Capitán Moro, orgulloso y desafiante, con la seguridad de que su enseña, si no vencedora, será terror y espanto de sus seculares enemigos”

En 1948 vuelve a aparecer un nuevo artículo en la revista de fiestas:

“Sonaron trompetas y tambores y el estampido del bélico arcabuz despertará a los gnomos que duermen tranquilos en las entrañas coronadas por el vetusto castillo de Santa Lucía.
Son los Moros Argelianos, sedicientos (¿?) Argelianos, que invaden victoriosos el pueblo conquistado…

…Es la figura del Argeliano, por su antigüedad, característica en nuestras pintorescas y animadas fiestas, por ello debe ser recibida y aclamada por todos con simpatía cuando haga su entrada por las calles del pueblo y sin palabras, con arrogante porte varonil, da a entender sus pretensiones diciendo tácitamente:

IBENSES ¡¡¡PASO A LOS ARGELIANOS!!!”

Tal soflama, cargada de vehemencia y de tan pintoresco lenguaje, aquello de “sedicientes” no tiene desperdicio, lo firma “H.C.”, imagino que Herminio Calatayud, secretario del Ayuntamiento, autor de la Embajada del Contrabando, y un hombre que vertió su ingenio y su amor por estos Moros y Cristianos profusamente, véase el ejemplo del texto contenido en el anuncio que presentan “Taller de herramientas agrícolas Silverio Picó”, conjuntamente con el contratista de obras “Restituto Rico”:

Ante la posibilidad de que en las filas de la comparsa Moros Argelinos pueda calificársenos de desertores, por el hecho de haber dejado de figurar en las mismas, debido a nuestra incorporación a los CHUMBEROS, consideramos oportuno salir al paso y lanzar nuestro conjuro, contra tan equivocado calificativo (caso de que pretendiérase imputarnos tamaño delito).

Debemos asegurar que sentimos gran estima y aprecio por una Comparsa, en la que como la de los Moros ARGELIANOS (como localmente se les llama), hemos compartido con satisfacción las horas alegres de los reglamentarios ágapes, hemos participado en las discusiones de los planes a desarrollar y, en una palabra, hemos corrido y quemado juntamente la pólvora.

No entraña nuestra retirada menosprecio a la Comparsa Argelina, no sentimos preferencia por los Moros CHUMBEROS.

Así que dadas, pues, nuestras explicaciones, nosotros SILVERIO PICÓ RICO Y RESTITUTO RICO PINA, nuevamente nos complacemos en testimoniar nuestra simpatía a los ARGELIANOS, desde las páginas de este programa festero, testimonio éste, que va unida la promesa de cordializar en los días de fiestas, fundiendo con nuestros chumbéricos arcabuces la misma pólvora argelina disparada o quemada en el simulacro de combate contra un enemigo común… y ante todo y sobre todo afirmamos: Podremos haber trasladado “recholetes y martinet” a los Chumberos, pero desertores, no, ¡No somos desertores!

Creo que el color de todo ello, bien vale su publicación. Pero, una de las más aromáticas obras que nos deja el tal Herminio Calatayud que, incluso después de ser trasladado a otra población, sigue colaborando en nuestra revista, son los “Aleluyas”, esos poemillas de corte costumbrista, para un entendido probablemente ripios, pero que, para nosotros, son pequeñas tesoros de recuerdos, todos ellos cargados de simpatía, junto a José García Jover, principalmente, serían los autores de muchos de ellos, dedicados a distintas comparsas. Los que he podido recopilar de los Argelianos, son los siguientes:

Dirán molts: ¡Quin festeret!
I a mí no em prenen el pel,
que si soc bó com la mel
tinc també el meu geniet
¿De quí serà este chiquet
tan templat y tan ufano
que và vestit de Argeliano?
Soc fill del tío Curret,
que als Cristians, este Moret,
els tocará bé el piano.
José García Jover

LA ESCUADRA DE LA POR
La amenasa més terrible
qu’enguany porta al pobre Very
es de l’escuadra invencible,
que fa olor a sementeri.
De negres la té formà
y eixos no alcansen raons,
que cuan diuen a luchar,
son més fieros que lleóns:
pero lo qu’es una pena
es que tenen color
més negre que la faena,
qu’el follí, qu’el malhumor.
Pero no els coneixerán
después que la lucha acaben
i baixen contens i cantán,
si en sabó o sosa els llaven.
Herminio Calatayud

ELS SANS DE LA PEDRA… I DEL FERRO
De la matiná a la nit,
(sense qu’ells vullgueren serlo)
s’aspolsat un asclafit…
i als Argelians ha eixit
un Capitá… i de estraperlo
“TUTO” I “VERI” s’han unit;
els dos s’han donat la má,
i els Argelians han dit:
Ya poden alsar el crit
perque tenim ¡Capitá!
Per eixe motiu demà
faran gran carnisería
pues a la chita callàn
s’han fet en un Capità
¡¡de ferro… i mamposteria!!
(L.S.R.) Herminio Calatayud

Ya tornem a estar así
a medirnos els bigots
en eixos fluixos cristians
que beuen no mes lleteta
vos han de fer la puñeta
tallanvos a tots les mans.
Venim molt ben preparats
porten uns grosos mamporros
i vos unflarem els morros
deixanvos a tots tombats…
Portem unes astraletes
que tallen hasta la sombra
dels arbres més corpuléns;
¡teniumos por, so valéns!
Qu’encara que vos claveu
dins d’un san revetechat
vos ham de fer a tiretes
igual que fa el gos al gat,
vos farem mandonguilletes.
Entre Restituto y Veri
achudats per el gran Juliet
y també el boticari
vos portarem p’el Calvari…
… Mos ha costat un poquet
aplegar desde l’Argelia
y es que va escriure Rogelia
qu’estaveu molt apurats,
y, clar está, así estem,
buscanli les cuscanelles
a aiexe chulo de Mansem.
A ell li teniu que deure
la visita que vos fem,
pa que nos done prou beure
pues venim aixeregats
y si vos porteu molt bé,
no vos matarem els gats.
Mediteu lo que vos diem
y reseuli a la Verónica.
Si no per fi emplearem
el ultimatu del día
que diuen la bomba atómica.
Por poder del bando moro
RESTITUTO Y VERI

Ibi, 14/9/1956
Rafael Rico

Existen otros “aleluyas” que hacen referencia a los Argelianos, pero tienen claramente procedencia de otras comparsas y los citaré en las que les corresponda. Tales “aleluyas”, eran pequeñas hojas que se repartían en el “Passeig”, o a veces el día de l’Avís por las comparsas, todos ellos están cargados de referencias al tipo de fiesta que hacían nuestros abuelos.

Respecto al que nombra a una escuadra de negros, los Argelianos sacan por vez primera una escuadra especial en año 1948. Nótese también las alusiones, en la carta de “Restituto y Veri”, a que aún, en el fondo, se sigue considerando como verdadero nombre de la comparsa el de “Argelino” y que el otro se tiene por una acepción popular. Evidentemente, el tiempo daría su veredicto en este pequeño rifirafe.

Tres años después, en 1951, el pueblo de Ibi regala a la Virgen un nuevo y precioso manto, los nombres de todos los donantes que lo hicieron posible están inscritos en la parte interior, los Argelianos dejaron allí este pequeño testimonio de su vinculación con quien hace posible estas fiestas.

El traje, durante esos años, aborda una paulatina renovación, primero se modifican chaleco, pantalón y faja. El año en que se celebran las “Bodas de Plata de la Coronación”, concretamente en 1956, ostenta la capitanía Julio Peydró Gisbert, gracias a ello, la Virgen que ese año recorre toda la villa, permanece en su casa uno de los días del Novenario.

Los años siguientes, 57 y 58, la comparsa se ve sumida en una profunda crisis, el número de componentes llega a cifras ridículas, concretamente cuatro o cinco, es cierto que tal circunstancia es común a casi todas las comparsas, el fantasma de la extinción planea inquietante y con olor a rancio. El año que les corresponde la capitanía, en 1959, asume el compromiso Manuel Picó Gisbert, y sólo acuden a la “Creuá” tres componentes.

A fin de facilitar la incorporación de un grupo de jóvenes que suman una escuadra completa, se acude de nuevo al sufrido socorro de los trajes alquilados. Es una época difícil, de gran carestía, la Fiesta, además, se había separado peligrosamente de las capas más populares de la población.

A pesar de que en el año 1957, cuando comienzan las obras del Colegio Salesiano, los Argelianos habían presentado ya una escuadra oficial y dos especiales, pero la irregularidad es peligrosamente inquietante. Se congratulaba ese año el cronista de que la nueva concepción del desfile de la Entrada, sin el tiempo tasado de antaño, había mejorado la brillantez del acto.

Pero regresemos a ese año de capitanía, los Argelianos conservan el recuerdo de su zoco en el “Raconet” de la calle Colón, después habrían de tenerlo durante dos años en el patio del bar Ideal en la Plaza de la Palla (entonces los Mártires).

Con la entrada de la nueva década, nuevos aires viene a refrescar y a rebrotar la ilusión por los Moros y Cristianos, el Ayuntamiento decide ayudar en lo posible tal tendencia, aunque no es nuevo tampoco el hecho de que existiese una comisión delegada de fiestas en nuestro Consistorio, sí lo era el hecho de que la persona que asumiera la representación de la misma, formara un equipo y se dedicara con exclusividad a ésta y al resto de las fiestas locales. En esa primera comisión figuran varios argelianos, Víctor Brotóns Verdú y Matías Guilló Valero, además del Delegado de la comparsa, Vicente Barrachina Martínez. Este Delegado es uno de los firmantes del nuevo Reglamento que, ante el desarrollo sufrido por las fiestas, la comisión se ve obligada a redactar y publicar, está fechado el día de El Salvador del año 1964.

Para hacer más asequible la afiliación a la comparsa, entre otras medidas, se toma la de simplificar el traje, así que siguiendo un boceto del alcoyano Rafael Guarinos Blanes, se adopta una chilaba verde claro con caracteres árabes, además del turbante blanco y capa azul, el cual aparece por vez primera en l’Avís de 1961.

En el año 1962 se instaura el Concurso de cabos del día de l’Avís, en los dos años siguientes vence un argeliano, Francisco Pérez García, apodado “Peretes” como su padre, el mencionado impulsor de la comparsa.

En el año 1965 se inaugura el nuevo local social en la Plaça de la Iglesia, 3, junto a las oficinas de la Hidroeléctrica (donde hoy se encuentra el Casal Fester), y cedido por Ramón Valero García. Costaría mucho tiempo y no pocos sinsabores, hacer efectivo el importe de las obras necesarias para ponerlo en funcionamiento.

Cuatro años después, se promueve el cambio de traje otra vez, volviendo a confiar su diseño, al que lo hiciese la vez anterior, Rafael Guarinos Blanes. Lo confecciona una modista alcoyana de nombre Dora. El traje resultante de tal cambio está concebido con los criterios iniciales que tenía la comparsa, y es el que actualmente está en vigor. Fue estrenado el 11 de septiembre de 1970, en año de capitanía, la de José Verdú Pina. Habría aún, un conato de cambio con posterioridad, con el propósito de regresar nuevamente a la chilaba, pero no llegaría a prosperar.

La Revista de Fiestas de 1972, reproduce una hermosa glosa de Víctor Brotóns hacia un argeliano que, antes incluso de existir esta comparsa, ya había sido capitán moro de otra extinguida (¿De la Capa quizá?), el tío “Quico Carlota”, cabo en el año a que se refiere el artículo, con los únicos cuatro componentes que habían quedado. Decía el “tío Quico Carlota”: “El soldado López no será nunca un renegado, o Argeliano o nada”. Y sobre él refería Víctor Brotóns: “Movía su brillante alfanje, que hacía subir y bajar majestuosamente al son de los timbales, como desafiando la controversia”. Imagino que quería decir “adversidad”. En la plaza de toros (casa Restituto), perdió un día la dentadura, tal era el énfasis que le ponía a las cosas de las fiestas, y cuando los festeros se llevaban músicos a su casa, él acogía a tres.

En el año 1971, Antonio Anguiz, a la sazón Capitán Cristiano, hace una estadística de los participantes en cada comparsa en la Entrada, éste es el resultado en la que nos ocupa:

Escuadra de chicas: 11 mujeres.
Escuadra de chicas especial: 11 hombres
Escuadra de chicas especial : 10 hombres
Unión Musical de Ibi
Escuadra típica niños: 7 niños
Escuadra típica traje típico: 9 hombres
Escuadra típica típica: 10 hombres
Banda Campo de Mirra
Carroza Abanderada y peques: 1 hombre, 1 mujer y 10 niños.
En total: 41 hombres, 11 mujeres, 17 niños, 1 carroza y 2 bandas. Los Argelianos ese año cerraban la Entrada. Evidentemente al decir traje típico se refiere al oficial.

En el siguiente año, se convocan elecciones municipales, debido al aumento de población, han de dejar el cargo 6 concejales, mientras que 9 han de ingresar en él. Casi todos ellos son festeros, es cierto, pero nos interesa uno de ellos, Salvador Miró Sanjuán, pertenece a esta comparsa, inmediatamente después de jurar el cargo, habría de ser designado para la presidencia de la comisión de fiestas. En el acto de jura, diría palabras como estas: “Tengo que proclamarme insatisfecho por ibense y por político. Por lo uno amo a Ibi con pasión y por lo otro, trabajo y empujo para verlo en las mayores cotas de desarrollo espiritual, social, cultural y material”.

Ibi había aumentado su censo, nada menos que en 1717 personas desde que se iniciara la década.

Varios otros argelianos son incluidos en aquella comisión de fiestas que estaba destinada a hacer historia. Se creó el boletín “Septembre”, se cambió la fisonomía de la revista de fiestas, se introdujo el Desfile de Embajadores y el soliloquio en valenciano, el cual fui yo, por cierto, el primero en recitar, se creó el Desfile Infantil, se regalaron guiones a cada comparsa y todo un etcétera verdaderamente brillante, que impulsaría nuestras fiestas determinantemente.

En un acto celebrado el 31 de marzo de 1974, se homenajeó al presidente saliente, el cual impuso a Salvador Miró la insignia de oro de la comisión, y como todos los actos de nuestras fiestas, después todo desembocó en música.

Precisamente ese año, además correspondía Capitanía, fue asumida por José Moltó Navarro que, un año después, ocupaba la portada de la revista y por añadidura, se convertía en el cartel anunciador de los Moros y Cristianos, el primero de ellos por cierto.

Como vicepresidente tenemos a otro argeliano, José Antonio Moya Verdú y otros más en las vocalías. Este hombre además, ocupa el cargo de Presidente de la comparsa, precisamente en una edición que asumía también otro gran evento, la celebración del Cincuentenario de los Argelianos; Vicente Tamarit Ruiz habría de encargarse de organizar los actos conmemorativos. El acto central de tan especial aniversario, se lleva a cabo en el Teatro Salesiano en el día 9 de agosto, con un concierto de la Unión Musical de Ibi, escenificación de las Embajadas locales y reparto de pergaminos a cada uno de los componentes, así como un reconocimiento a los fundadores y en especial al “tío Peretes”, argeliano número uno. En el tiempo de la celebración sobrevivían varios fundadores: El citado Francisco Pérez García, Tomás Agulló Peydró, Miguel Vilaplana Peydró (Miquel Blaya), Antonio Miralles Juan y Joaquín García (Chimo Camals).

Era año de grandes acontecimientos, también para la Fiesta de Moros y Cristianos en general, se celebra el I Congreso Nacional de la misma, y de los cuatro representantes ibenses en las mesas, dos son argelianos, los citados Salvador Miró Sanjuán que preside una de ellas y José Antonio Moya Verdú.

Una escuadra de esta comparsa con once componentes, llevando como cabo a Fernando Sanjuán Moltó, laureado también con una escarapela en 1971, junto con otra de Guerreros, representan a nuestras fiestas en el Desfile de Hermandad que se organiza el 2 de septiembre en Villena, en los actos centrales del Congreso.

En esa época y durante varios años, el zoco de los Argelianos está ubicado en la calle Amado Brotóns.

Tras el Congreso se reúne en Onteniente un grupo elegido de poblaciones en fecha 16 de febrero de 1975, a fin de comenzar o impulsar una organización supralocal aglutinadora de organizaciones festeras, tal comisión está configurada por los representantes de Onteniente, Petrel, Bocairente, Ibi, Alcoy, Cocentaina, Elda, Carboneras y Barrio San Blas. El nombre elegido para representar nuestra población es el de José Antonio Moya nuevamente.

Se llegó a celebrar una reunión el 15 de marzo en Ibi en el Salón de Actos del Ayuntamiento, tras la cual se obsequió a los asistentes con un aperitivo en la Comparsa Contrabandistas. Como es sabido, toda esa iniciativa tendría como fruto el nacimiento de la UNDEF.

Lo que resulta bien cierto es, lo ya mencionado con anterioridad, en nuestra población, esos años son de despegue de la Fiesta. Las iniciativas emprendidas por esa prolífica comisión de fiestas, aún dependiente del Ayuntamiento, vienen a colofonarse con el alumbramiento de la nueva asociación autónoma de Moros y Cristianos, denominada Comisión de Fiestas de Moros y Cristianos igualmente, que queda aprobada en 1975, elaborándose unos estatutos refrendados por el Gobierno Civil de Alicante, el 18 de agosto de 1976.

La ponencia que redacta tales estatutos tiene la presidencia de Salvador Miró Sanjuán, siendo vicepresidente José Antonio Moya Verdú y vocal por la comparsa Carlos Valls Payá.

Por cierto, el domicilio social durante esos años, está en la calle donde yo vivo, en San José, 13, lo que conocemos como Hostería El Laurel.

El 1 de febrero de 1976, el que había sido Presidente de la Comisión de Fiestas, Salvador Miró Sanjuán, era nombrado Alcalde de la villa. Desde 1979 a 1983 es Delegado Municipal de Fiestas, José Antonio Moya Verdú.

Dos años después, en 1978, ocurre un suceso que conmocionó la Fiesta. En el transcurso de las mismas, fallece un festero argeliano, Vicente de Ves, nada menos que en el centro de la calle Colón, fulminado por un infarto de miocardio. El óbito hubo de celebrarse el día del Descanso, la Comisión de Fiestas dio un permiso especial a la comparsa para vestirse con el traje de la misma ese día, celebrándose un emotivo acto en el cementerio. Lo trágicamente curioso no fue eso, sino del mismo modo y unos meses después, fallece su hermano Juan, también argeliano. Para colmo ese año fallecía el reiterado “tío Peretes”. La Revista de Fiestas reproduce un sentido “In Memoriam” a los tres que se titula “Argelianos del cielo”.

En 1981 se celebra el “Doscientos cincuenta aniversario de la llegada de la Virgen y Cincuenta de su Coronación Canónica”. Ibi habría de ser una verdadera explosión de júbilo junto a su Patrona, los Argelianos participarían, por supuesto, en tal acontecimiento. El Presidente de la Real Comisión organizadora es una argeliano, el Alcalde, el cual confía en un considerable número de compañeros para formar parte de ella, al igual ocurriría con la Junta Promonumento a la Virgen y a la Fiesta, en el año siguiente.

El 9 de septiembre de 1982 tiene lugar un acto en el Teatro Salesiano, en el que se presenta el “Himno de la comparsa”, con música de Benedicto Ripoll Martínez y letra de Joan Verdú Guillem. El cual fue interpretado, en primer lugar por la Unión Musical, y después, uniéndose la Coral de niños del Colegio San Juan y San Pablo, cantando ya la letra, cuyo texto completo es el siguiente:

ARGELIANS D’IBI
Argelians, argelians
crit de festa, simbol de pau.

Bresol de llum del fester
dels moros i dels cristians
lluerna de cavallers
en comparsa agermanats.

Quan sonen les campanades
preludi de festa i pau
s’apresten a fer esquadres
els aguerrits Argelians.

Argelians, argelians
per Ibi sempre, sempre en la pau.

Al so de la marxa mora
desfila amb aire marcial
pas a pas, com una roca
colze a colze l’Argeliá.

Argelians, argelians
crit de festa, simbol de pau.

Como fin de fiesta, se pone en escena un sainete escrito por Joaquín Miralles Guill especialmente para la comparsa y que había sido ensayado en sus propias dependencias, se titulaba “Un capitá Argeliano, la seua dona i el music”. Los actores del mismo serían los siguientes:

Salustiano: Sebastián Fustel Verdú
Casilda: Mari Paz Martínez Peydró
Pánfilo: José Verdú Pina
Dolores: Marisa Izquierdo Herrero
Gertrudis: Maruja Delgado Moya
Bartolo: Francisco Gisbert Verdú
Amigo 1: Ramón Valero García
Amigo 2: Mauricio Reche Segovia.

Siendo el equipo realizador: José López Guillem como tramoyista, Fernando Sanjuán Moltó en sonido y luminotecnia, presentador Matía Guilló Martínez, todos ellos bajo la dirección de Vicente Tamarit Ruiz.

En el siguiente año se inaugura un nuevo local social situado en la Plaza de las Cortes, entonces Calvo Sotelo, el que hoy mantienen, que había sido tradicionalmente ocupado durante muchos años por el Banco Central.

Salvador Miró Sanjuán, ya con un pié fuera del Ayuntamiento, el 1 de julio de 1983, recibe un homenaje de la UNDEF en el Centro Cultural de la villa, en el que se le impuso la Medalla de Plata del Centenario de Música Festera, que fue posible en gran parte por su intervención, después Hipólito Navarro le entregaría un pergamino y varios presidentes de comparsa le testimoniarían su reconocimiento, mediante entrega de obsequios.

El máximo galardón que se puede entregar a un cabo de escuadra es la Escarapela de Plata, ésta durante muchos años se obtenía ganando tres ediciones seguidas o cinco alternas. Pero para evitar la repetición excesiva de cabos en el concurso, cerrando como consecuencia el paso a los nuevos, se decide dejar en tres las convocatorias necesarias, sean alternativas o alternas, así Francisco Pérez García, recibía tal galardón en el Acto de reconocimiento de cargos festeros.

La comparsa se constituye en Asociación Cultural y Recreativa, aprobándose sus estatutos en la Asamblea del 20 de junio de 1984. El 29 de mayo ya del siguiente año, se recibe la aprobación del Gobierno Civil, sus fines quedan explícitos en su articulado:

“Participar en las Fiestas Mayores de Ibi, organizar actos culturales y recreativos, procurar la comodidad y esparcimiento de los asociados y recoger en su seno a todas aquellas personas que, reuniendo los requisitos exigidos, lo deseen para el bien de la asociación”.

En 1989 se da una circunstancia extraordinaria y que, años más tarde se repetiría precisamente en esta comparsa, un Capitán volvía a asumir el cargo, este acontecimiento usual treinta años atrás, debido a la escasa exigencia que conllevaba el cargo, es en nuestros días, una verdadera heroicidad. Pues bien, Vicente Rico Plaza, que ya fue Capitán en 1965, repetía con toda la ilusión del mundo.

En ese mismo año, se tiene una feliz iniciativa, la de preparar la participación en el Concurso de cabos, mediante la organización de un concurso interior. La jornada se configuraba con una cena y el desfile posterior, habilitándose una mesa para un jurado en el que se encuentran el Presidente de la Comisión, el Capitán Moro y la Abanderada de la comparsa. El premio, la participación en el otro concurso, el de l’Avís.

Por esos años, se han instaurado los premios a las comparsas durante las fiestas, al boato, a la carroza, etc., sin duda el más apreciado es el que distingue a la mejor comparsa del bando durante las fiestas, los Argelianos lo son en 1990. Ese mismo año se presenta el libro “Argelianos de Ibi”, escrito por Vicente Tamarit Ruiz y Salvador Miró Sanjuán. Tal presentación se lleva a efecto en un acto celebrado durante los días inmediatamente anteriores a las Fiestas Patronales, con palabras de los autores y del escritor del prólogo, el Secretario General de la UNDF, José Luis Mansanet Ribes.

En la Exaltación festera, desde hace varios años, prácticamente los que van de esta década, se lleva a efecto un singular homenaje, el dedicado a Capitanes y Abanderadas que cumplieron veinticinco años desde que lo fueron. En 1993, se cumplían los veinticinco de la tristísima efemérides de la explosión de la empresa de fulminantes Mirafé, en el que se suspendieron las fiestas, así que la Comisión convocó, en ese año que no habían de plata, a Capitanes y Abanderadas que existiesen en la villa con más o menos 50 años de antigüedad, a fin de homenajearlos como “de oro”.

La comparsa Argelianos fue la que más aportó a ese homenaje, fueron varios los Capitanes y Abanderadas que se encontraron procedentes de la misma ¡Qué minutos tan hermosos, cuando Dolores Baidal, Abanderada en 1942, rechazaba la ayuda de sus familiares levantados para ofrecerle el brazo, rehusaba el bastón, sin el que apenas puede andar desde hace años, para caminar erguida, con una dignidad que no se aprende, entre los aplausos de un público emocionado, saboreando su propia felicidad, en el epicentro de un mundo de puntillas de nácar, notando las mejillas calentándose con los focos, para subir al escenario junto a sus otros compañeros y compañeras, entre abrazos, besos, parabienes, lágrimas, sonrisas y un bosque de afectos!

Los Argelianos saben ser agradecidos con los miembros de esta comparsa, decana de nuestras fiestas que, ponen empeño y dedicación, en hacerla más grande o en servir a los Moros y Cristianos, para los que, al fin y al cabo, ellos fueron concebidos. En los anaqueles dorados de su reconocimiento, hay presentes varios Argelianos de honor: Luis Pla Juan, Camilo Vilaplana Payá, Benedicto Ripoll Martínez, Joan Verdú Guillem, Joaquín Miralles Guill, Salvador miró Sanjuán, Francisco Peydró García, José Moltó Navarro, José Verdú Pina y Vicente Tamarit Ruiz.

En el año 1992 una escuadra de mujeres, decide crear el que será el traje oficial femenino de esta comparsa, siguiendo la línea del actual traje oficial masculino, variando el color de la camisa, el chaleco abierto y corto, un pantalón con puño inferior, botas y sobrefalda en lugar de fajín. Tal grupo de mujeres configuraría, quizá, una de las participaciones más equilibradas en nuestras Fiestas, con aparición en Concurso de cabos, Diana y por supuesto, resto de actos, e implicándose de forma entusiasta en la gestión de los Argelianos, hasta tal punto que el 3 de octubre de 1997, toma el cargo de Presidenta, por primera vez en las Fiestas de Moros y Cristianos, una mujer, Toñy Martos Pla, creando una directiva, en la cual un gran número de cargos relevantes, son igualmente mujeres, la Vicepresidenta Paloma Peydro Barón, la Delegada María Pilar Gisbert Bornay, la Tesorera María Pilar Diaz Mira y la Secretaria M.Auxi.Romero, así como otros cargos estructurales.

Un festero muy conocido se hacía cargo de la última Capitanía del siglo, Desiderio Chorro Monllor, también repetía cargo, aunque en aquella otra ocasión, había sido por la Comparsa Contrabandistas. Curiosamente aquel año de 1978, coincidía con la Capitanía de los Argelianos, protagonizada por Pedro Beneyto Santonja. Sus hijas Isabel y Susana, también habían sido Abanderadas en aquella Comparsa.

El 5 de septiembre de 1995, se bendecía la última bandera, la que actualmente luce la comparsa, cedida y apadrinada por el Capitán y su esposa, la Abanderada Pilar Martínez Moreno.
Este Capitán presentó varios puntos de referencia, un logotipo diseñado especialmente al efecto, su nuevo caballo Lucero, sucesor del anterior, Rango, con el que tantas veces desfilara en la Entrada, y la marcha “Moros Españoles”, verdadero himno de la Capitanía, que lo acompañó en l’Avís y en la Entrada de septiembre.

Se repartieron dos octavillas de distinto tamaño, la más pequeña decía cosas como estas:

Este boato comienza con una demostración de fuerza guerrera, con jinetes a caballo y armas de asalto, seguido por grupos de favoritas y mercaderes que ofrecerán a los ibenses los ricos frutos del desierto.

Una carroza formando un minarete nos mostrará la tradición religiosa del pueblo árabe y por último la belleza de sus damas y sus mujeres.

El Capitán aparecerá con toda su grandeza, precedido por su guardia personal, agradeciéndole a todos los ibenses la favorable acogida de que será objeto”
Decía yo en la Crónica: La capitanía mora, junto con un a copiosa muestra de referencias magrebíes, entre las que había minaretes, mercaderes, danzas y artilugios militares, había de rozar la excelencia, con un verdadero despliegue equino, que se convirtió en sublime, precisamente con el paso del capitán Desiderio Chorro Monllor, a lomos de su exquisito corcel blanco, de majestuoso porte, llamado Látigo, en simbiosis profunda con su jinete, en una nube de confeti, ofreció un espectáculo para ser recordado y guardarlo en los anaqueles de las más hermosas estampas festeras.

Para guardar una referencia a la actualidad de la comparsa, he recopilado la magnitud del desfile en el año 1997: 2 escuadras femeninas con 25 mujeres, 7 masculinas con 88 hombres, 67 personas de boatos, en total 180, acompañadas de 5 bandas de música.

La Asamblea de la Comisión de Fiestas celebrada el 25 de abril de 1998, acordaba el nombramiento de festero de Honor a Vicente Barrachina Martínez, la voz que estos últimos años acompaña a los telespectadores de Tele Ibi en los actos de Fiesta. Es uno de esos festeros que se encuentra siempre donde hace falta ponerse a trabajar.

En el año 1996, se comienzan a programar los presupuestos del 75 Aniversario, creándose una cuota especial para su financiación, ya en el siguiente año se constituye una comisión para que se encargue de preparar el evento, cuando se cierra la edición de este libro, aún no han llegado las Fiestas de septiembre, pero sí pasó ya l’Avís y con ello, algunos de los actos de tal efemérides, por ello, reproduciré aquí las palabras escritas por mi en la crónica del segundo domingo de mayo que inserté en la revista de Fiestas:

El 75 Aniversario de la Comparsa Argelianos, tiene una presencia sustanciosa y hermosísima, ya anunciada por su Presidenta, Toñy Martos Pla, en una rueda de prensa previa al comienzo de los actos preparados a fin de conmemorar tal evento. En la mencionada rueda de prensa, se comunica la inminente aparición de un disco compacto titulado “Argelianos 1925-1999”, grabado íntegramente por la Unión Musical de Ibi, con la colaboración del Taller Musical Castell Vermell. Benedicto Ripoll Belda, director de ambas entidades, que se sentaba junto a la Presidenta, valoró que tal compacto era una recopilación de marchas moras, que tuvieron algún tipo de relación con la comparsa, las cuales no estuviesen editadas o cuando menos, escasamente difundidas. Abarca temas como “Baix la Figuera” de Camilo Pérez Monllor, emblemática obra compuesta en 1931, también “Machaua 92” de Joaquín Richart, compuesta en honor a la Abanderada de los Argelianos, María Luisa Pla Gómez en 1992; “Argelians d’Ibi”, marcha mora e himno de esta comparsa, compuesta por Benedicto Ripoll Martínez, con letra de Joan Verdú que fue estrenada en 1983 durante la Capitanía de Francisco Peydró “Farina”, contándose para esta ocasión con la colaboración extraordinaria de la Coral Ibense, por último, aparte del extraordinario elenco de composiciones, reseñar el “Allunat”, la última composición de Benedicto Ripoll Belda.

Dicen en una frase incluida en un rincón de la carátula:

Son las miradas de antaño las que nos recuerdan lo efímero de los días pasados. Sólo a través de las imágenes y la música conseguimos recuperar la ilusión primera de una comparsa en los albores de la Fiesta, cuya vida es la imagen de un pueblo y su historia.

El 30 de abril y en el Salón de Actos del Colegio Salesiano, se celebró lo que los Argelianos denominaron “Acto de Reconocimiento de Cargos Festeros en conmemoración del 75 Aniversario”. Un acto en que, como su nombre indica, llamaron y entregaron recuerdos a presidentes, delegados, Abanderadas y Capitanes en vida de todos estos años, para, en su segunda parte, llevar a cabo un concierto que además servía de presentación del disco compacto mencionado, concluyendo todo ello con la explosiva interpretación del “Argelians d’Ibi”.

Hasta aquí, el contenido de tal crónica de l’ Avís y también de este resumen respecto lo que fue nuestra comparsa decana hasta 1998, ninguna de las restantes tiene, como los Argelianos, un libro que desglosa pormenorizando muchos de esos acontecimientos que yo he abordado, ojalá que esta iniciativa mía despierte el interés de cada comparsa, para desentrañar y ofrecer en toda su extensión, ese hermoso tesoro que es una vida. De lo contrario, deberá la Fiesta esperar que otra Comisión, en el futuro, aborde una iniciativa como ésta o si fuese posible más amplia.

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