Las banderas del Castillo se remplazan rápidamente para anunciar la victoria de los Cristianos y dar paso a un acto mágico que juega con el tiempo, donde se da la circunstancia de juntarse presente y futuro: es la Vuelta al Castillo. Quizás la mente se nos llena de intriga y el corazón de nostalgia por quienes han brillado representando como cargos a sus respectivas comparsas y se muestra a quien lo seguirá haciendo. Pero probablemente a otros muchos el pasado les irrumpe en el presente llenando su mente de recuerdos, pero mientras lo recuerden será buena señal.