2003 Crónica

Parecía que el tiempo se mostraba inclinado a aguarnos las fiestas, el verano había sido extremadamente caluroso, los medios de comunicación amenazaban gota fría, teniéndonos así permanentemente en ascuas. De hecho la semana anterior a la de Moros y Cristianos, el agua hizo su aparición y algunos días mostraron un rostro más otoñal que lo habitual en esas fechas. Sin embargo las nubes desaparecerían para que luciera el sol, con algún pequeño amago de cambio en la tarde del viernes, para mantenerse así hasta el domingo, día que fue enfriándose paulatinamente para hacer bueno el dicho de que el invierno llega cuando entra la Virgen a la Iglesia.

Sea como fuere, excelente edición de nuestra Fiesta grande, la vivida este año, con prolegómenos de verdadero lujo, con conciertos, exposiciones, edición de libros y la majestuosa celebración del 75 Aniversario de las comparsas Chumberos y Maseros.

Por otro lado, no puedo dejar de hacer hincapié en el mal endémico que sufre este pueblo desde hace siglos, la falta de conocimiento del mismo allende nuestra población y la ignorancia con que se nos castiga indefectible y permanentemente en los medios de comunicación de fuera de nuestra población, evidentemente excluyo del comentario a los medios locales o los de la población de Castalla. A modo anecdótico, recordemos que hasta hace muy poco, no había una paleta en Alicante que señalara a un viajero por donde debía ir para llegar a Ibi.

En el acto que los Maseros denominaron Exaltación Masera, dentro de la celebración de su 75 Aniversario, tuve el honor de actuar de Mantenedor, con sumo gusto por mi parte. En tal alocución me hice eco de cómo, en 1928, el Ayuntamiento de Ibi tuvo que pagar 60 pesetas para que la “Voz de Levante”, un periódico alicantino, publicase una plana sobre las fiestas ibenses. Porque de los contrario, como era patente en los años anteriores, Ibi ni existía, éramos una población fantasma, habían fiestas en Tibi, Onil, Castalla, Benilloba, Tollos, Penaguila, Benifallim, Millena y hasta en la pedanía de La Sarga para este periódico, pero de Ibi ni una palabra, hasta que el dinero del Ayuntamiento hizo el milagro. Bueno, hay que matizar que los periódicos alcoyanos solían hacer una reseña de las fiestas de Ibi, pero hablando, la mayor parte del tiempo, del estado de la colonia de alcoyanos que tenían “masías” en el término de Ibi y pasaban sus veranos entre misas y bailes dominicales en el casino.

Para colmo, en numerosas ocasiones, entre lo poco que sale encontramos una desinformación verdaderamente fastuosa, frecuentemente el favor que nos hacen es similar al de meter un dedo en nuestro ojo. No creo que le signifique rebajarse mucho a una persona, sea político, periodista, cura, buceador o agente de comercio, preguntar sobre lo que no conoce a quien tenga esa información de la que él carece, antes de afirmar públicamente en un teatro ante cientos de personas, en la plana de un periódico, ante las cámaras de televisión sea local o nacional, donde sea, una cosa que es falsa, una cosa que pueda ser hasta grotesca, según qué casos, dejándolo escrito o divulgado para siempre, con la responsabilidad que ello comporta. Recordemos el mito de que nuestras fiestas mayores se hacían en mayo y se pasaron a septiembre por los heladeros ibenses, algo que nadie sabe de dónde salió y que muchos ibenses estarían dispuestos a jurar, cuando no tiene ni pies ni cabeza.

Yo propondría crear una vocalía en la Comisión de Fiestas, encargada de relaciones públicas, que se preocupe de combatir esta falta lamentable de atención por parte de los distintos medios de comunicación, a menudo excesivamente politizados, así como de potenciar nuestra imagen en entidades, instituciones, donde sea, a ver si de verdad nuestra Fiesta recibe de una vez el trato que se merece.

Pero dejemos lo que no aparece en los medios y ciñámonos a lo que sí aparece. Escaparate, Radio y Televisión de Ibi, son los más solícitos en recoger el devenir de nuestras fiestas. El resto de publicaciones dedican allá que allá, alguna página, alguna semioculta columna o una exigua carta al director. En todas ellas, se repiten entrevistas a los nuevos Alcaldesa y Concejal de Fiestas, al Presidente de la Comisión que, con sabor a despedida, contestaba a todas las preguntas, así como a Capitanes y Abanderadas.

Casi todas ellas parecidas, poco se esfuerzan los reporteros y entrevistadores por ofrecer alguna pincelada más profunda o algún matiz distinto, aunque siempre hay cosas destacables. Maite Parra, nuestra Alcaldesa, decía: “Las Fiestas son nuestro escaparate”, prometiendo poner la carne en el asador para conseguir una mayor subvención para la Comisión de Fiestas, así como la pronta declaración de las mismas como “de interés turístico nacional”. Ambas, estas últimas motivaciones, expresó Nicolás Martínez, el nuevo Concejal de Fiestas, el cual afirmaba: “aspiramos a que la difusión de las fiestas sea masiva”. Ojalá que lo consiga. Santiago Cifuentes refería: queremos que nuestro aniversario (Chumberos), sea algo familiar y no pomposo”. Francisco Santonja, el Capitán moro decía: “mi primer disparo va a ser dirigido al cielo como alegoría a mi hermano, gran festero pirata”.

Efectivamente, los prolegómenos de las fiestas se vieron un tanto turbados por una serie de acontecimientos al socaire de lo referido en el comentario del capitán, la muerte del hermano del capitán moro poco antes de las fiestas, el cual se disponía acompañarle en una carroza, la abanderada Tuareg que no llegó a salir en septiembre debido a que su abuela enfermó de gravedad en las inmediaciones de las fiestas, la de los templarios, que sí salió, veía como la suya fallecía el mismo día de la Olleta, una verdadera tragedia familiar que empañó considerablemente los momentos de felicidad que venían después, y ya, para terminar, la abanderaba de los Maseros enfermó durante las fiestas, afortunadamente nada grave, pero sí lo suficiente para privarle de salir a varios de los actos, teniendo que ser sustituida por su prima.

En otro orden de cosas, nuestro Sargento moro se vio obligado a buscar un sustituto en el disparo, al serle diagnosticada una alergia, precisamente a la pólvora. La Comisión de Fiestas le rogó que no abandonase el cargo por un año que quedaba.

Hay que reseñar el que se silueteara con luces la fachada de la iglesia, a fin de ofrecer un mayor realce de nuestro más emblemático edificio. Igualmente Constitución y Joaquín Vilanova verían un nuevo alumbrado.

Lola Bernabeu, nueva presidenta de las Camareras de la Virgen, también era entrevistada, para describir con detalle esa parte de la Fiesta menos multitudinaria y, sin embargo, más espiritual, refiriéndose a cuando se saca la Virgen de la hornacina de su Capilla y es depositada en la Sacristía, lugar donde acuden las Camareras al día siguiente para quitarle las ropas y las joyas, dejando la talla sin vestir durante 15 días para, el día 27 de agosto, volverla a vestir y ser engalanada para ser izada al trono de fiestas, momento que como todo en estas fechas, adquiere un carácter intenso y emotivo, al que concurren casi siempre las mismas personas, no por exclusión de otras, si no por desconocimiento más bien y que yo recomiendo a los amantes de esta parte ritual de nuestros Moros y Cristianos, a menudo más entrañable que la celebración en sí.

El día 28 de agosto, para evitar las coincidencias con el izado de la Virgen y las consiguientes interrupciones a los oradores de otros años, cuando suenan las campanas, se presentaba la revista de fiestas, con una exhaustiva introducción por parte del vocal correspondiente, Jaume Sebastiá Garriga, haciéndose eco de la dedicatoria de nuestra revista en el presente año, a la figura de Rafael Pascual Valls, presidente de la primera Comisión de Fiestas con festeros en sus vocalías después de la guerra, y abriendo el camino para la emancipación de la misma que llegó en el año 1975 de la mano de Salvador Miró Sanjuán, con la publicación de nuestros iniciales estatutos. Un gran festero que se ha ido a la tumba sin recibir el merecido nombramiento de Festero de Honor.

Al día siguiente comenzaron los actos del 75 aniversario de la comparsa Maseros, con la presentación de un disco compacto con el título: “75 anys son molts anys”, interpretado por nuestra Unión Musical, cuyo director compartió batuta en el concierto correspondiente con Benedicto Ripoll Martínez, para la marcha “Mosen Abad el Masero”, y con Eduardo Terol Nadal, para la marcha “Cagamistos Capitá”, recibiendo en distintas piezas la colaboración del “Taller de Música Castell Vermell” y, en el “Himno de la Coronación”, incluido en el disco, también la de la Coral Ibense. Se entregaron recuerdos a capitanes, abanderadas y presidentes del resto de las comparsas, así como al Presidente de la Comisión y a éste que les escribe.

A las 12’30 del mismo día, la “Colla de Dimonis la Quarantamaula” de Banyeres, realizó el “correfocs” que se viene celebrando hace tres años en sustitución de la vaquilla, con recorrido desde la plaza del mercado a la Plaza de la Iglesia, pasando por la plaza de la Palla. El “correfocs” forma parte de la contribución que nuestro Ayuntamiento hace a la oferta lúdica de esos días, con algunos conciertos, ya habituales, entre los que en el presente año, se contó con la participación del grupo “El canto del loco”.

El sábado 30 de agosto iban a tener lugar los dos actos centrales de las respectivas celebraciones de Maseros y Chumberos. Respecto a los primeros, en un acto que denominaron Exaltación Masera, fue presentado por Ricardo Guillem “Araña”, el cual consiguió de forma admirable que la longitud del acto no fuese apreciada por el público. Éste que les escribe, actuó de mantenedor, con un texto encargado por la directiva del 75 aniversario, el cual versaba sobre la transición de las comparsas ancestrales a las nuevas comparsas: Argelianos, Chumberos, Maseros, Contrabandistas y Guerreros, el porqué de la extinción de las primeras y cómo era el Ibi que alumbró el nacimiento de los Maseros, una época difícil de estudiar y un tema que hubiese dado para dos horas de disertación, pero que intenté condensar en poco más de media hora.

Se presentó un maravilloso documento que sin duda entusiasmó al público, una película de fiestas del año 1929, otra de 1944 y otra de 1957, extraordinarias las tres, para seguir con la entrega de recuerdos a capitanes, abanderadas, festeros de honor, escarapelas de comparsa y otros reconocimientos, finalizando con el nombramiento de Masero de Honor a Luis Bernabeu Doménech.

En la otra comparsa, los Chumberos, fue igualmente intensa la velada, comenzó, al finalizar la misa de ese día, con la bendición de una nueva bandera por Paco Fau, trasladado a Ibi expresamente para el evento, siendo sus padrinos: José Luis Coloma y Enriqueta Blanes. Ya en el Parc de les Hortes, tuvo lugar el acto central mencionado, comenzando con un concierto de la Banda “La Raboseta de Otos”, en colaboración con nuestro “Castell Vermell”, durante el cual se presentaron dos marchas: “Fanfarria Chumbera”, compuesta por un miembro de la comparsa, Javier Avilés, y regalado por el mismo a Justi Jiménez, la otra fue la sorpresa, un regalo por parte de la comparsa a su capitán Francisco Santonja, una marcha compuesta por Benedicto Ripoll Belda que lleva por título “Santón Califa”. Acto seguido se sirvió la cena y, tras la misma, Santiago Cifuentes Morant actuó de mantenedor, para hablar sobre las raíces de la comparsa, de la bandera y las abanderadas de la misma. El presentador de  todo el acto fue el prolífico Emilio Mariel Albert que en su tono jovial, contribuyó decisivamente al éxito de la velada. Se entregaron los presentes de rigor a Ayuntamiento, Comisión, comparsas y por supuesto, capitanes y abanderadas de estos 75 años, nombrándose tres chumberos de honor: Olegario Bernabeu, Rafael Serralta y José Sanjuán. Finalmente el presidente Ricardo Monllor presentó el libro: “75 aniversario de la comparsa Chumberos”, tamaño DIN A4, encuadernado en cartoné y escrito por Santiago Cifuentes, con la colaboración de Olegario Bernabeu y otros miembros de la comparsa por cuadrillas. Finalmente, para celebrar el otorgamiento del título de festero de honor a Rafael Serralta, los miembros de la escuadra “Els Serraltos” regalaron “torronets” a la comparsa y asistentes.

Cabe reseñar aquí, por seguir con el tema de la edición de distintas publicaciones, el hecho de que el capitán moro, a su vez, realizó dos, una de un cuento escrito por su esposa Pilar, con el título: “El abuelo, Capitán de los Moros” y que es una alegoría que representa la visión particular de sus nietos respecto de la capitanía que van a vivir, siendo la maquetación de Olegario Bernabeu. La otra publicación es un libro escrito por mi, en el que se narra la justificación histórica y social del conjunto simbólico y artístico representado en la capitanía, igualmente maquetado por Olegario Bernabeu. Dos pequeñas joyas que junto al primero mencionado, llenarán de orgullo a esta comparsa.

No paraban ahí los actos preparados por distintas comparsas ibenses, el domingo día 31, la comparsa Mozárabes, en sesión matinal, ofrece un concierto de la “Unión contestana” y la “Xafigá de Muro”, dirigido por Francisco Valor Llorens, que dejaría impresionado a todo el público asistente. Este mismo director fue el autor de la marcha “Aralk”, nombre de la abanderada Clara Ibáñez al revés, regalo a la misma por parte de su padre en ese día. La entrada fue numerosa y el público terminaría aplaudiendo entusiasmado y de pie. La presentación del acto corrió a cargo de Ricardo Mora.

Septiembre abría sus puertas con un Ibi lanzado hacia sus fiestas mayores. El primer día del mes se inauguraba la exposición: “La Fiesta y Ramón Castañer” en el “Arxiu Municipal”, con obras de colecciones particulares, cuyo tema central girase alrededor de nuestra población, en el que se incluían las ilustraciones aparecidas en la revista de fiestas estos últimos años, preferentemente en artículos de Antonio Castelló, así como catorce cuadros representando los trajes de cada una de las comparsas ibenses. El catálogo de la exposición llevaba de portada el cartel realizado para la misma por el autor, tal catálogo, en palabras de Antonio Castelló, bien pudiera representar el primer “llibret” de trajes hecho en Ibi.

El 2 de septiembre y a las 7 de la tarde, se inauguraba la exposición conmemorativa del 75 aniversario de los Maseros en la Ermita San Vicente, una bellísima secuencia de imágenes de su historia a la que se le unía la proyección ininterrumpida de los documentos mencionados en el acto de la exaltación masera.

Al día siguiente, la edición anual echaba a volar cuando comenzaba la Novena, ensamblaje ritual de la Fiesta, a cuyo final, explotará en brillos y colores, con un castillo de fuegos artificiales y con todo el pueblo en la calle. Ibi se precipita así a vivir estas dos semanas fastuosas. Les Entraetes comienzan también ese día, con las comparsas Contrabandistas y Piratas, saliendo a las 23 horas desde el Castillo. Con excepción del sábado, jornada dedicada íntegramente para la Exaltación Festera de la noche, todos los días tendremos a nuestras comparsas acercando los Moros y Cristianos a la población.

Por segundo año consecutivo ganó el concurso de sainetes el autor local Emilio José Mariel Albert, viejo conocido de los escenarios ibenses en diversas facetas de su personalidad polifacética, el título de la obra es: “Masa tomaca per a tant pocs ous”. El grupo “Ni pa huí ni pa demá”, con el autor encarnando el papel principal de don José, un cura que se da un verdadero atracón de fiesta, volvió a conseguir que el público disfrutase las dos sesiones que la interpretaron, el día 3 y siguiente.

El 4 de septiembre, también habrían actos de comparsas, en primer lugar la presentación de un disco compacto en el Centro Social Polivalente, por parte de la comparsa Argelianos que se ponía a la venta el mismo día. Se trata de una herramienta interactiva con imágenes de la comparsa desde su fundación, recopiladas por Vicente Tamarit Ruiz que además actuó de presentador en la ocasión.

Apenas concluido el acto mencionado, tenía lugar la inauguración del local social y zoco de los Almorávides, en su sede de Santa Elena, 22, en la cual habían permanecido provisionalmente desde su adquisición tres años atrás, llevándose a cabo el presente, obras de acondicionamiento que, sin duda, merecieron ser inauguradas con un vino de honor y este sencillo momento festero. Se ha separado el local en dos, uno más pequeño que servirá de sede, con los cuadros y enseres de su vida como comparsa, el otro local mayor que les servirá de zoco.

El sábado, día 6, tiene lugar la Exaltación Festera, con un escenario magnífico que respiraba color y flores. Comenzó, como ya es habitual, con un ballet alusivo, para dar paso a la presentación de capitanes y abanderadas. El mantenedor fue el escultor Vicente Ferrero, siempre ligado de una manera u otra a la Fiesta local. Con un lenguaje sencillo y asequible se refirió a los valores estéticos de la Fiesta, haciendo hincapié en la música como nexo de unión y armazón estructural de los Moros y Cristianos, tal carácter en él se patentiza de forma especial por cuanto su padre, Octavio Ferrero, fue músico.

Se entregaron recuerdos a capitanes y abanderadas de plata y algunas de oro, también cuadros conmemorativos a Maseros y Chumberos, para concluir con la insignia de plata al pintor Ramón Castañer.

En el concierto de la Unión Musical, se interpretaron cuatro piezas clásicas del repertorio festero y una de regalo, el pasodoble Segrelles.

Francamente fastuosa, esta tercera edición del concierto de la Unión Musical en el Carrer Les Eres, ante el Castillo, al que se le añadió un buen número de sillas, las cuales estaban enteramente ocupadas. Temas como “Camps de Festa”, ligada directamente a mi comparsa y el “Per a Irene”, ambas del autor local José Chafino, se unieron a otras muy espectaculares como “Batallers”, “La Neta del Manya” o “El Altet dels Canons”, todas ellas de José Rafael Pascual, terminando con el regalo de “Tarde de Abril” del inmortal Armando Blanquer, la cual sirvió para una alegoría de fuegos artificiales en el Castillo.

Si fuese cierto el mito futurista de la elección del momento, lugar y situación para morir, probablemente una de mis elecciones musicales fuese este memorable tema que, bien interpretado, como lo hace nuestra banda, se te clava en lo más profundo del corazón.

Al igual que en el año anterior, la Verbena del Fester tuvo lugar en carácter abierto para todo el que lo desease en el Parc de les Hortes, donde, por cierto, se sufrieron apagones prolongados por un espacio superior a la media hora.

El día 11, a las seis de la tarde, la comparsa Maseros inauguraba su zoco en la calle Salvador, número 7, lugar denominado “Corralet dels Maseros”.

Ya, el jueves, último día del Novenario y, con anterioridad al oficio religioso y al Pregón, suena la música de fiestas en el desfile de bandas que comienza a las 19’15 ante la Comisión de Fiestas, un acto que paulatinamente toma carta de naturaleza en el guión.

Primer Pregón de fiestas de nuestra nueva Alcaldesa, pronunciado en valenciano y de carácter casi exclusivamente festero, con un recuerdo hacia los ausentes y a todos los personajes que personalizarán la presente edición. Hubo un significativo cambio, el de la interpretación de la pieza “La Moixaranga”, que se venía haciendo estos últimos años, por el tema “El Pregó”, una fanfarria escrita por Bene Ripoll Belda e interpretada por todo el grupo “Castell Vermell”.

Después, al filo de la medianoche, Ibi entero estaba en la calle, unos como espectadores, y los otros, los festeros, entregados a ese “delirium tremens” que denominamos “Nit de l’Olla”. La inauguración se nutre de personajes que han tenido alguna presencia en medios de comunicación en el año, a nivel nacional o local, por ejemplo se vieron disfraces de “chapapote”, de “bailarinas”, de “Ágata Ruiz de la Prada” o de “solteras de la dançá”, por cierto, un disfraz que desató la polémica, hubo quien lo interpretó como un homenaje a nuestra, también ancestral fiesta, y quien lo interpretó como un escarnio a la misma.

Qué decir de la Diana, el acto que lenta pero inexorablemente comienza a despegar, penetra en las entretelas de nuestra alma festera, se difunde entre un público remiso al sacrificio del sueño, mientras no esté completamente seguro que va a presenciar un hermosos espectáculo.

Afortunadamente, las comparsas comienzan a tomar conciencia de ello, escuadras y cabos intentan realizar una arrancada digna que será, sin duda, uno de los ingredientes para que la Diana vaya a más.

Se ha tomado la costumbre de arrancar en la pared opuesta a la plaza, al estilo que iniciaron los Almorávides. Creo que en su día fue muy efectista, pero quizá el espectáculo ganaría para el público, si la banda de música estuviese dentro de la plaza, para lo que habría de arrancarse ante el pórtico de la iglesia, ya que el público pierde, donde se hace, prácticamente el sonido de la música, pudiendo más el sonido de la escuadra que se aleja.

Por cierto, la comparsa Beduinos, estrenó en este acto el nuevo traje oficial, similar al anterior, pero con una variación en la tela de la chilaba y ciertas variantes estéticas para ganar en imagen.

Antes de comenzar con las Entradas, cabe señalar el esfuerzo de creación y recuperación de temas que está llevando a cabo “Castell Vermell”, auspiciados por su director Bene Ripoll, de lo cual iré dando debida cuenta en su lugar oportuno. En este día, participaron en el boato de la abanderada de los Templarios, estrenando el tema “Suite de Danses”, acompañando al ballet Cronos que debutó ese día. En la abanderada de los Maseros, estrenaron el “Ball de la Carxofa”, una canción popular procedente de Algemesí arreglada por Bene. Autor este último también de “Una herbeta”, estrenada en el boato de la abanderada de los Chumberos, así como de “Rodaire Nopal”, un tema para acompañar al alcoyano ballet de Virginia Bolufer.

La capitanía cristiana escenificó una alegoría sobre el carácter hermético de la orden que le da el nombre, emulando su leyenda esotérica. Cruces, escudos, espejos, humo azul y confeti, con el águila imperial en la carroza, formando un conjunto efectista y hermoso, precedido por el ballet de Ana Sarabia, recreando un aquelarre de brujas con una doncella prisionera, quizá aludiendo al dramático final de una orden que había sido la de más influencia en una buena parte de las coronas cristianas en los siglos XI y XII y que, por la insidia de Felipe el Hermoso, rey francés, que pretendía quedarse con sus bienes, sufrió una tremenda caza de brujas que llevó a muchos de sus caballeros a la hoguera acusados de sodomía y culto al demonio, con la ayuda de la naciente Inquisición francesa, todo lo cual, a pesar de que finalmente se demostró la inocencia de los caballeros templarios, significaría la disolución de la orden en toda la cristiandad, motivando el nacimiento de otras órdenes con los restos del Temple, por ejemplo las de Montesa y Calatrava. El capitán cedió el primer lugar en el desfile a su escuadra, íntegramente formada por mujeres y con su esposa Jezabel de cabo.

La característica de todo el día fue la profusión de bandas extraordinarias y la enorme variedad de piezas, aunque debido al gran número hubo las consabidas reiteraciones.

Sería preferible una mejor información por parte de la persona o personas que realizan la retrasmisión de las Entradas, ya que la desinformación a los espectadores es alarmante, excepto en alguna comparsa que tuvo la ayuda de algún miembro de la misma, aunque, todo hay que decirlo, ellos o ellas no tienen toda la culpa, ya que las comparsas cambian el orden del desfile sin avisar, los cabos son distintos a los previstos, las bandas tocan otra cosa distinta a la incluida en el prospecto. Así que la persona que realiza la trasmisión se ve obligada a conocer a todo el pueblo, a todas las marchas del ámbito y al tío Perico si le da por salir. Lo cual hace imposible que el telespectador sepa por donde van los tiros.

El capitán llevó la Banda de música de Castalla, estrenando la marcha “Miguel Ángel Cano”, compuesta por el autor local José Chafino. También la abanderada de los Mozárabes estrenaba en la calle la pieza “Aralk”, anteriormente referida, interpretada por la Banda de Tibi.

Los Maseros a la sazón, en último lugar, ya que el año pasado tuvieron capitanía, llevaron tras el estandarte del “75 Aniversario”, representación de los 5 trajes oficiales que ha tenido la comparsa, seguidos de 27 abanderadas a pié, entre las que tuvo la comparsa a través de su larga vida, más una carroza con 8 de los capitanes de la misma. Cubriendo las espaldas de todos ellos, la escuadra que en el año 1996 montó la capitanía de Juan Carlos Mira, el cual actuaba de cabo.

Los  Chumberos por sí solos, hubiesen podido ser la Entrada de moros de ese día. Sin duda, nadie hubiese quedado insatisfecho. Casi dos horas les llevó el desfile de la capitanía: boato del capitán, comparsa, boato del 75 aniversario y boato de su abanderada.

La capitanía presentó una vertiente cultural con una carroza portando un escribano árabe que repartía hojas con los nombres de los espectadores, otra con un cuenta cuentos que relataba el que ya mencioné con anterioridad y que había sido publicado por el capitán, y otra representaba nuestro Castillo con unos párrafos de la Embajada mora por megafonía. Cuatro carrozas con los arcos lobulados de la mezquita que se ensamblaban entre sí eran el colofón mayestático del boato, tras de ellas la del capitán que se formaba con los arcos dovelados característicos del hermoso monumento, así como de la ciudad palatina de Medina-Azahara. Todo el conjunto iba precedido por una escuadra formada por miembros de la UNDEF, todos ellos de gran calado en el mundo festero, cada uno ataviado con un traje moro de sus poblaciones respectivas, lo cual tuvo una extraordinaria acogida en el público.

En el seno del desfile conmemorativo del 75 aniversario, figuraban los tres trajes anteriores de esta comparsa, uno detrás de otro, la primera de ellas que llevaba por cabo a Santiago Cifuentes, iba ataviada con el traje fundacional del año 1929, la escuadra “El Botijo” con un boato específico, vestía el que vio la luz en 1945, reproducido fielmente y de forma artesanal en un telar antiguo alcoyano, con tejido y urdimbres incapaces de reproducirse en una máquina moderna, finalmente una tercera escuadra llevaba el del año 1957, el conocido como “verde”.

Abanderadas y capitanes de todos estos años desfilaron igualmente, a pie las primeras y, los segundos, en carroza.

En suma, año verdaderamente especial en el que el espectáculo fue realmente meritorio y en el que la compactación de ambas entradas, rallando en la perfección. Creo que al igual que resulta fácil atribuir a los organizadores cualquier mal que se da en esta magna explosión de Fiesta, habría que destacar su labor, así como la responsabilidad de los festeros que, con muy escasas excepciones, fue entregada.

Más de cinco mil personas desfilaron ante los ojos de unos espectadores que con igualmente escasas excepciones, aguardaron hasta el final en ambas entradas, máxime en la de la mañana que tenía como última comparsa una de las que celebraban el aniversario.

Muchas fueron las personalidades presentes en las tribunas, citaremos al Conseller de Industria Miguel Peralta, al Presidente de la Diputación José Joaquín Ripoll, al Delegado de Gobierno Juan Cotino, más diputados provinciales, autonómicos y muchos alcaldes de poblaciones colindantes.

Tras la “Diana Despertá” del siguiente día de fiestas, la “Misa del Fester” tendría unos protagonistas de verdadera excepción, ya que Silvia Gómez al órgano y Bene Ripoll Belda con la “xaramita”, acompañados en algunas piezas por Carlos Valero Bernabeu y Pep Rico García, interpretaron seis piezas musicales que embargaron a todos los asistentes, por su espiritualidad, su sentimiento, la extraordinaria interacción de los instrumentos y su hermoso lirismo. Ellos definieron la creación como: “una singular propuesta de conjunto instrumental en la que se dan la mano un instrumento de la calle-festero y otro interior-religioso, en un acto de encuentro e interesante diálogo”. Las piezas que componen esta bellísima creación fueron: “Despedida de la Virgen” de Guadalupe Gallud, el “Ave María” de Gounod, “Dona” de Bene Ripoll Belda, “Ave María” de Antonio Falcó, “Íntima” de Juan Román, y nuestro “Himno de la Coronación” de Guadalupe Gallud.

En el Desfile Infantil, fueron varias las comparsas que se unieron a la Fiesta, en un loable intento de potenciar este acto: Guerreros, Tuareg, Templarios, Contrabandistas, pero, sin duda, como en otras ocasiones, brilló con inmensa luz propia, la nueva creación de Jesús Reig, artífice principal de esta contribución al 75 aniversario de su comparsa. Entraron con un cartel que rezaba: “Serra de Mariola, tota a floretes”. Después iban niños y mayores acompañantes con sus pequeños, con grandes margaritas de escayola decoradas con una enorme mariquita encima. Casi inmediatamente venía una recreación del “Flautista de Hamelín”, uno de los miembros de Castell Vermell era el flautista que llevaba detrás a los ratones, acompañados por el grueso del grupo, interpretando el “Ball de la Civada”, canción popular valenciana arreglada por el director del grupo. El conjunto se completaba con otra pancarta que decía así: “A on va el poal va la corda”, aludiendo a un cordón de miembros mayores de los Maseros que siempre acompañan a sus pequeños.

Castell Vermell acompañaba igualmente a la comparsa Tuareg, interpretando “La Morisca”, una danza del siglo XVI de Tylman Susato, con arreglos de su director.

La habitual “Entrada del Contrabando”, con los incombustibles y simpáticos “Very” y “Net del tío Cagamistos” como protagonistas, adquiría una especial dimensión por la onomástica que celebraban uno de los contendientes y, aunque, como queda demostrado en mi charla en el acto de la Exaltación Masera, los Contrabandistas aparecieron en Ibi ya en 1929, la irregularidad de su aparición en otras ediciones festeras, hace que la comparsa acepte como fecha de fundación el año posterior a la guerra civil. La visita de las autoridades y comparsas capitanas al Asilo da por concluida la mañana.

Por la tarde da comienzo la batalla o batallas sucesivas que en tres actos disputarán la soberanía de la localidad y que, francamente, debido principalmente a los impedimentos legales que estamos sufriendo durante estos últimos años, a la incomodidad que ello conlleva, ve una reducción considerable de tiradores, en un acto de por sí que no era precisamente multitudinario en esta localidad.

El número de tiradores ya es exiguo, la media por comparsa está en los 7, 8 tiradores, con algunas, muy escasas, honrosas excepciones. Seguramente me tildarán de alarmista por lo que voy a decir, pero si no nos alarmamos con estas cifras, decidme con qué nos podemos alarmar a nivel festero. Alguien debe decir de una vez por todas, pública y diáfanamente que el acto está en peligro de extinción, mayor que la del tigre de bengala, porque en este caso, todo el mundo está de acuerdo en que se debe hacer algo y, en nuestro disparo, no veo a nadie realmente concienciado con la situación.

Para colmo y, paradójicamente, la mayor parte de los tiradores son festeros noveles, lo cual podría ser un orgullo, si entre ellos no hubiese una considerable parte que no ha recibido instrucción de disparo alguna y, con frecuencia le hacen más daño que bien. Es natural, los veteranos somos los menos dispuestos a incomodarnos para superar los inconvenientes y trabas legales.

Hace quince o veinte años más o menos, el disparo en Ibi era anárquico, una verdadera traca, cada cual disparaba cuando le venía en gana, fui yo el que comencé a repetir una vez y otra que, en Ibi, siempre se disparó mediante una rueda de disparo ordenada, con un protocolo preciso. También propuse el nombramiento de Sargentos de Disparo para velar por tal protocolo, hoy con evidente buen resultado para nuestra Fiesta, consiguiendo que nuestro Disparo brillara nuevamente. Ahora sugiero un poco más, la potenciación del disparo, la creación en la Comisión de Fiestas de una vocalía que informe a los tiradores nuevos, mediante iniciativas como el famoso libro  blanco del tirador, bueno famoso para mí que soy el único que lo repito hasta la saciedad, que ayude a tiradores nuevos y veteranos a superar las trabas que tiene este acto y que gestione todo lo referente a la pólvora, a fin de acercarla al festero.

El no saber los derechos y obligaciones por parte de un festero lleva a que existan muchos de ellos que tienen por norma, incluso como muestra de vigor, de valentía, de arrojo, como si realmente estuviesen en la guerra, el ponerle al arcabuz dos, tres y hasta cuatro cargas, dando en algunos casos dudosa fiabilidad en su estado de normalidad etílica. Si nos encerramos en decir que no podemos poner un policía tras cada tirador, comentario usual en esos días, todos seremos responsables de la desaparición del acto que más nos une con nuestros antepasados, ya que en el siglo XVI lo que se hacía en Ibi no eran desfiles, ni lucha de cañas, como decía un redactor de Información, sino disparos y salvas de arcabucería y de ellos nació con los años lo que hoy tenemos.

Perfecto Cerdá Carbonell y Luis Vicente Martí Poveda, cristiano y moro respectivamente, interpretaron la Embajada que causará la toma del Castillo por parte de los ejércitos mahometanos. Poco después, con la llegada del anochecer, la Ofrenda de Flores despliega su espumoso, fragante y colorista manto, en unas calles, en las que no cabía un alfiler. Al final del acto, las asociaciones de vecinos: Ciudad Deportiva, La Primavera y la Dulzura, junto a entidades como la agrupación organizadora de la procesión de Semana Santa, la Cruz Roja o los Donantes de Sangre, seguido por la misma Comisión de Fiestas, dieron el colofón a una noche llena de sugerencias primaverales, en un día, precisamente que la temperatura del ambiente comenzaba a sugerir la proximidad del invierno.

Antonio Martínez Blasco-Aslam-Tonet-ven-De-Tot, fue el moro traidor de la comparsa Chumberos, los cuales representaron un acto a la altura del acontecimiento que celebraban, con comentarios de esta guisa:

“Ni Sant Tonja, ni Zan…Plana

ni una xumbera manant en l’Ajuntament.

Per mols enxufes que tinguem

La guerra mai no guanyarem…

 

Excel.lentíssimes i Honorables auutoritats,

Amb la pólvora no es facen els despistats.

Que encara que anem passan,

Dia vindra que no es podrà tirar.

La llei està mal feta

I no contempla el nostre cas.

 

En fin, festeros y público madrugador disfrutaron con este acto. Vicente Bernabeu y Vicente Rico, compartieron el “Cop” de los Maseros, disparado en la modalidad de “rueda”, con cuatro cargadores casi en estrecho contacto con el que disparaba, mientras que Francisco José Pérez y Francisco Crespo Vilaplana, disparaban el de los Argelianos, esta vez, con arcabuces de “cop”, es decir, arcabuz grande con carga de 15 gramos para la repetición en garantía.

La belleza de las imágenes matutinas de la “Guerrilla”, aún se vio más afectada que los otros actos de disparo, porque como es natural, a esa hora aún hay más bajas entre los habituales. Hubo un festero que momentos antes de comenzar la representación de los Chumberos me dijo: “Açó no es un alardo, acó s’quedat en una escaramussa”

La tarde nos trae el momento del desenlace final, esta vez el disparo se realiza, al igual que la guerrilla, desde el pie de Santa Lucía, atrás quedaron las hermosas fotografías de los tiradores derramados en el cerro de santa Lucía, disparando hacia el infinito.

Con la Embajada Cristiana, la cruz ondeará nuevamente sobre la almena del Castillo y se abrirá el momento de la sucesión, el acto que garantiza la continuidad de la Fiesta y que significa la hora más agridulce de los aún cargos de cada comparsa y bando: capitanes y abanderadas.

Por los Cides dio la vuelta el que fue sargento de Disparo: Vicente González Quintana, por los Tuareg, el también conocido festero por sus años de dedicación a la misma y, el presente año, escarapela en el Concurso de Cabos: Carlos Valls Payá.

Por parte de las comparsas, sólo dieron la vuelta sin futura abanderada la comparsa de Templarios.

El día se había ido enfriando paulatinamente, estar sentado en la tribuna se hacía desapacible, la abanderada de los Maseros no sería la única en acatarrarse durante estas fiestas, aún vendrían días soleados, incluso cálidos, pero este verano tórrido, difícil de pasar para muchas personas que nos ha hecho sudar cientos de horas, pasaba a la historia como uno de los más calurosos del siglo XX y, por supuesto, de lo que llevamos del XXI.

Una vez más, Ibi se vuelca en quien hace posible que exista una conciencia de pueblo capaz de hacer una Fiesta así, la Virgen de los Desamparados, por quien y para quien se hace todo este esfuerzo y todo esfuerzo parece poco y, con quien a la postre, hace que se encuentre compensación de los sinsabores que la Fiesta procura.

En estos Moros y Cristianos, fundamentalmente en sus prolegómenos, todo el mundo se ha hecho eco, por activa y por pasiva, del deseo de los ibenses de declarar nuestras fiestas de “Interés Turístico Nacional”. Ello comporta, sin duda, una responsabilidad, primero con nosotros mismos, para evitar que ello altere nuestra Fiesta, para evitar que la llegada de público, que el deseo de agradar desvirtúe aquello que la hace hermosa, aquello que garantiza y patentiza el hecho de ser el legado de nuestros antepasados. En segundo lugar, es una responsabilidad también con los que nos visitarán, los cuales van a venir porque esperan encontrar y vivir unas fiestas ancestrales, llenas de atavismos, tradicionales, de intenso contenido espiritual, rezumando fantasía, también diversión, pero sin olvidar todo lo demás.

Una vez más os pido vuestra atención hacia nuestro Disparo, sin ese acto los Moros y Cristianos serían un par de desfiles interesantes, sin sentido ni argumento. Alardo y Embajada se los procuran y dan cohesión, el resto de los actos giran alrededor de esos dos, nuestros Moros y Cristianos perderían sin ellos su eje argumental.

En fin, puede que nuestra Fiesta genere horas de trabajo y preparativos, puede que genere preocupaciones, a veces aparentemente gratuitas, puede que genere sinsabores, pero el que haya asistido a Ibi el presente año, sin duda habrá pensado que todo es poco y que, por supuesto, valió, y mucho, la pena, no existe ninguna cosa bella que se consiga sin sacrificio, ninguna obra de arte, ningún monumento se llevó a cabo sin el desgaste físico o intelectual de uno o varios seres humanos, las Fiestas, como monumento vivo más importante de nuestra localidad, como enseña de nuestra cultura, no podían ser menos y, para terminar, una frase de nuestro presidente que en este acto se despide, si puede o le dejan, al menos como cargo máximo de nuestros Moros y Cristianos: “Todo lo que parece insalvable se desvanece cuando suena la música festera”. Que el materialismo de nuestra pequeño hogar y al decir tal me refiero a Ibi, no nos oculte su realidad diáfana, amigos los que trabajamos por la Fiesta lo estamos haciendo por nosotros mismos, por nuestro futuro, por las cosas bellas que saben hacer los ibenses, por sus hijos, porque perdure nuestro estilo de vida. No consintamos que se pierda lo conseguido. Señores, enhorabuena por nuestras Fiestas casi insuperables.

 

José María Ramírez Mellado

Cronista Oficial de Fiesta de Moros y Cristianos de Ibi

 

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